La planificación como
producto del proceso se refiere al documento escrito, es decir, al
formato, esquema o texto que se emplea para comunicar la intencionalidad
didáctica de la misma.
El
tema de la programación es uno de los más tratados en el campo educativo: los
estudiantes de magisterio, los pedagogos en sus estudios, en la formación
permanente del profesorado, etc., se suministran cursos, jornadas, sesiones,
asignaturas. Todos intentan explicar qué es programar la tarea diaria en el
aula. La justificación parece muy simple; se basa en que, cuando cualquier persona
se acerca a una acción futura, ha de saber de antemano para qué sirve, de dónde
parte, qué va hacer, dónde lo hará y cómo lo hará. Por tanto, según esta
lógica, programar será la preparación previa de las actividades que realizará
cualquier persona, lo que incluye el conocimiento previo de la situación, el
conocimiento del presente y la proyección del presente y la proyección futura.
En el campo educativo, la programación que se realiza de las actividades en el
aula será el acto curricular más cercano a la intervención didáctica con el
alumnado.
Por
tanto, la conceptualización usual es que programar las tareas de desarrollo y
aplicación del currículum en el aula, sean orientadas en la plasmación formal de un conjunto de
contenidos y actividades pensadas para que sean trabajadas en un contexto y en
futuro más o menos próximo.
Pero
la enseñanza, en su acción, no es una tarea simple, sino compleja y
contextualizada, ya que entran valores, concepciones, ideas, y además, se da en
un proceso vertiginoso y cambiante, en el que programar también es un conjunto
de actitudes, de posiciones, de buscar sentido a lo que se hace. Programar la
enseñanza se convierte en un proceso de investigación y no una formalización
rígida. Por tanto, es lógico que la interpretación y la plasmación formal de
estas cuestiones que se suponen tan elementales en todo proceso, hayan dividido
y dividan actualmente el campo de las ideas y de la práctica educativa.
La planificación didáctica es un
proceso amplio y flexible que sirve a los docentes para mejorar su práctica, al
permitirles tomar decisiones anticipadas para el logro de los aprendizajes de
los alumnos de acuerdo a sus ritmos y estilos de aprendizaje. Para ello, es
necesario realizar un registro que permita comunicar el ¿Qué? ¿Cómo?
¿Cuándo? y ¿Con qué? se espera lograr esos aprendizajes. Su diseño se
concreta en la vida cotidiana de la escuela; en el entramado de relaciones
entre alumnos y maestros, por lo que requiere ajustes y valoraciones continuas,
así como un trabajo individual y colectivo entre los distintos actores que
integran el cuerpo docente. De ahí que más que la forma que adquiera el
registro, importa cómo se seleccionan las actividades y los recursos para
movilizar los conocimientos, habilidades y actitudes de los alumnos. Importa
cómo los docentes indagan, enriquecen y elaboran esta tarea en conjunto, pues
con ello se fortalece su quehacer diario.
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